Sin lugar a dudas las espectativas del oficialismo para las próximas elecciones no pueden ser mejores, seguramente ni el militante más optimista del kircnerismo hubiera creído luego de la derrota de las últimas legislativas, que Cristina Fernández aventajaría de semejante manera a su más cercano opositor y que los referentes más importantes de todo el arco opositor se bajarían uno tras otro de la carrera por el cargo electivo más importante de nuestro país.
Hace tan sólo seis meses atrás pasaba a la inmortalidad uno de los más destacados dirigentes políticos desde la vuelta a la democracia y el panorama político cambiaba totalmente. Nestór Kirchner, el enemigo público número uno de los poderosos sectores políticos, mediáticos y ruralistas del pensamiento cipayo-conservador dejaba un lugar vacío que sería dificíl de llenar, pero, lo más interesante del caso, fue que ese ausentismo terminaría por afectar más a sus adversarios que a sus seguidores, lo que motivó un severo cambio de rumbo que inevitablemente tuvo que ser liderado por el Grupo Clarín, principal opositor del modelo económico y social en boga, ante la insertidumbre en la cual terminó por caer la mayor parte de la oposición política.
Reagrupar la tropa fue la cuestión, y ni lerdos ni peresoso, como de costumbre, la cúpula opositora mediática apuntó sus cañones contra nuevos objetivos, la presidenta luego de su pérdida no podía ser el blanco ya que esto no caería bien en la opinión pública, por lo tanto las víctimas predilectas terminaron siendo los gremialistas cercanos al gobierno y los periodistas afines a los que no dudaron en calificar como "militantes" en su ya tradicional estrategía tendiente a demonizar, todo aquello que tenga algún aroma a política o participación popular.
La última y más patética jugada de la prensa opositora ha sido sin lugar a duda su activa intervención en favor de la conformación de un frente opositor, progresista o de derecha, no importa, lo único relevante a esta altura del año electoral es formar cualquier cosa que pueda oponerse con un mínimo de dignidad al modelo llevado adelante desde el 25 de mayo de 2003 por la gran mayoría de los argentinos.
POR CH
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